miércoles, 5 de noviembre de 2008

martes, 4 de noviembre de 2008

LO MODERNO Y LO POSTMODERNO

LO MODERNO Y LO POSTMODERNO. Moderno y postmoderno (con o sin t, tanto da): me parece que el nombre llama a la confusión. ¿Llamaría usted moderno al automóvil de mi abuelo? Si vive en Montevideo, ¿reconoce la calle? Se trata de la avenida Brasil a la altura del n° 2985 casi esquina Berro. Aún no está construida la escuela, que se comenzó en 1909 y esa casa y la vecina fueron demolidas hace años; ahora están construidos allí sendos edificios de apartamentos. Por supuesto que si hablamos de historia, todos estudiamos la historia antigua, la moderna y la contemporánea y aprendimos a diferenciar Babilonia de París en el siglo XVII. Pero aplicar el epíteto de moderno a un cuadro de Pollock que murió hace más de 50 años no parece apropiado. Menos aún a un cuadro de Manet o de Poussin, retrocediendo en el tiempo “moderno”. Sé que es un problema semántico, pero me rechina que si vamos a hablar de la muerte del arte actual (Danto, por ejemplo), como lo de moderno no se acomoda a ello, llamemos al momento que vivimos actualmente, postmoderno (con t) ¿Por qué no llamarlo contemporáneo, que quiere decir "ahora" o mejor actual, el que estamos haciendo (aramos dijo un mosquito…? Tal vez nos sintamos más cómodos si hablamos del arte actual o contemporáneo y podamos discutir si está muerto o vivito y coleando. ¿Que todo cambió? Por supuesto: ni lo que se entiende por artes plásticas ni lo que vestimos, lo que comemos o lo que pensamos puede tildarse de moderno. El primer Studebaker que llegó a estas costas después de la 2a guerra mundial es ahora una respetable antigüedad que puede figurar en el museo del Automovil Club. (Lo que sí se murió es el Studebaker) Pero el arte actual, contemporáneo (me resisto a llamarlo postmoderno que, en realidad no significa nada) ni murió, ni nada que se parezca; es otra cosa. Por eso hay mucha gente que está desconcertada, que no sabe que pensar. Que desde Duchamp está lleno de copiones, también es cierto. Que en lugar de exponer un urinario expongo un enriedo de cables y en medio un frasco con materias fecales, bueno ya lo dije una vez cuando mostraron una foto del urinario de Duchamp: "Pour épater le bourgeois"! y un coro de compañeros se levantó para preguntar qué era lo que estaba diciendo, porque ellos no estudiaron francés en el liceo. Y lo sigo diciendo. Pienso que hay un gran desconcierto y un gran negocio de las galerías de arte y de los rematadores, además de muchos "snobs" con mucho dinero para descontar del impuesto a la renta.

MI CAMINO HACIA LA ABSTRACCIÓN. RICARDO TOPOLANSKI
Primer paso. Por lo general elijo una fotografía cuyas formas y colores me parecen los más adecuados para transformarlos en una imagen abstracta; es decir, que no tenga más significación que el equilibrio que pueda lograrse entre diversas áreas más o menos limitadas y los colores que puedan surgir al filtrar los originales por medio de los distintos filtros digitales. Pero este paso es fundamental para el logro de una abstracción satisfactoria, que muchas veces no se logra… También hay que tener en cuenta que éste no es el único camino: hay otras formas de hacerlo.
Primera imagen:

Segundo paso. Me ocupo de encuadrar adecuadamente las imágenes de la realidad (la fotografía original) dejando fuera del encuadre lo que me parece que está demás (el ruido), que puede interferir con una idea que se va formando a medida que voy procesando la primera imagen.

Segunda imagen: Tercera imagen:


Tercer paso. (Puede o no ser definitivo) Amplío la fotografía encuadrada (que debe tener una definición adecuada de unos 300 píxeles por pulgada cuadrada [dpi] en el original, para que se puedan lograr ampliaciones de buena calidad (para la web alcanza con 72 dpi). Algunas veces esto es suficiente y la abstracción en el plano surge espontáneamente: no hago más que seleccionar lo que está en la naturaleza (y que hace ya 100 años descubrió Cézanne).Cuarto paso. Aplico distintos filtros electrónicos buscando efectos especiales: cada filtro puede modificarse si uno no está de acuerdo con el aspecto que se logra, hasta quedar satisfecho (creatividad). No puede obviarse un alto grado de aleatoriedad en esta etapa, similar en algunos aspectos a los corrimientos de pintura (los chorretes) o a las veladuras, tal como puede observarse en la 4ª imagen.

Cuarta imagen:
Esta es la imagen abstracta resultado del manejo digital de la fotografía de unos hermosos morrones.